domingo, 12 de junio de 2011
María Fernanda, la alegría de la casa
Ahora me toca hablar de María Fernanda, "Maria" como le decimos en la casa y la verdad que es bien difícil. Es difícil porque ella, entre sus múltiples actividades, también escribe y además es mi crítica favorita. Espero que le guste lo que escribo porque estoy volcando mi corazón, sin pensarlo, aunque no sea una buena escritora.
Maria es el torbellino de la casa. Entra y sale, hace mil cosas, trabaja, se vacila, en fin, le saca el jugo a la vida. Yo la miro y me canso de sólo verla. Pero nos alegra la vida. Nos la alegra y también nos cuadra miles de veces.... a todos. Es como el motorcito de la casa, nos empuja a hacer mil cosas. Mis bracketts son una muestra de ello, jaja.
A pesar de ser la única mujer, siempre fue la más aventurera de mis hijos. Maria es de la gente que generalmente y literalmente no le tiene miedo a nada!!! Ella se manda!!! Desde chiquita demostró su independencia. Me acuerdo que, loca como era yo de mamá joven, la dejaba hacer mil cosas cuando ella tenía apenas 2 años. A esa edad, cuando tenía que bañarse, entraba, abría su ducha y lo hacía sin más ni más... pedía ayuda para muy pocas cosas. Dejaba boquiabiertas a mis amigas cuyos hijos tenían más de un ama que vigilaba todos sus movimientos.
Desde siempre tiene una relación muy cercana con su papá. Se bajó de sus piernas como a los 12 años, cuando nació Alvarito. La gente dice que es la que más se le parece. Cuando comenzó su adolescencia, se le puso el pelo mixto, medio lacio y medio rulo, como el de su papi. Menos mal que cuando las hormonas se acomodaron, su pelo también decidió hacerlo porque si no hubiera sido exclava de la peluquería y los laceados.
Cuando creció y se hizo una mujercita, su martirio eran sus hermanos, sus primos y su papá. La única nieta mujer de los Ampuero y una de las pocas de los García Rosell, tuvo que sufrir los celos de casi todos los hombres de la familia!!! Se quejaba cuando salía de que siempre tenía un primo o un hermano parado al lado de ella en cada una de sus salidas.
Estoy segura de que Maria va a seguir dándonos alegrías y sorpresas a lo largo de nuestras vidas. La abuelita Elicene siempre decía "esa chiquita va a llegar a ser algo grande" y creo que tenía razón.
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